
josé martínez navarro
"escribo por escribir
en un pergamino blanco,
las cosas a medio hacer
que sin hacer se quedaron
porque el tren pasa una vez
y si vuelve, vuelve tardo"

Premios literarios
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1º Premio - I Certamen Literario (Las Torres de Cotillas) - 1997
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1º Premio - II Certamen Literario (Las Torres de Cotillas) - 1998
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1º Premio - III Certamen Literario (Las Torres de Cotillas) - 1999
-
1º Premio - V Concurso de Poesía (Alguazas) - 1999
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1º Premio - I Concurso Literario Villa de Alguazas - 2003
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1ª Accésit - Concurso de Cuentos y Poesía (Las Torres de Cotillas) - 2004
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1º Premio - III Juegos Florales (Las Torres de Cotillas) - 2009
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1º Premio IV Certamen Internacional de Poesía " Carmen Montero Medina" - 2013
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Mención y Diploma - Concurso Literario " Joaquín V. González" (Argentina) - 2014
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1º Premio - V Concurso Literario "Pedro Hdez Salinas" (Rubí - Barcelona ) - 2014
Blog:
http://pepemartineznavarro1.wordpress.com
1º Premio Pedro Hdez. Salinas
(Rubí - Barcelona, 2014)
Rosas de Alejandría
Ha enmudecido el jilguero
en la noche inoportuna
y languidece la cara
donde la lágrima surca,
lágrima de tanto llanto
con mirada taciturna
ahuyentando a la alegría
esa tristeza profunda,
esa zozobra que emerge
en la que anida la duda
al ver espinos mis ojos
en el albor que se nubla.
Abierta está la ventana
oyendo a palabra muda
mecerse en la senda errante
más que tarde, con premura,
allí donde el viento calmo
suspiros de aliento usurpa
mientras callan las cigarras
a plegarias que susurran.
¡Gracias, Dios omnipotente,
por abrazarme a la vida
en un camino tortuoso
más que insabroso, de acíbar,
por donarme este retoño
que me inunda de alegría
cuando sus labios sonríen
endulzando el alma mía!
¡Por eso mezo mis sueños
en cendal de fantasía
sobre vergeles de amor
con rosas de Alejandría,
donde brilla el horizonte
en madrugada tardía
con sus pétalos fragantes
edulcorantes de vida!
¡Por eso canto al alba
cada noche, cada día,
sobre el íntimo regazo
de la luna que dormita
a la flor de los almendros
en la fértil serranía,
a la vera de los ríos
donde acuna la poesía!
¡Gracias, Dios omnipotente,
por abrazarme a la vida!
Mención Concurso Literario Joaquín V. González
(Córdoba - Argentina, 2014)
Amor en primavera
En esta tarde de Marzo
sin estrellas y sombría
lagrimea la armonía
a los brazos del ocaso,
mientras llora en su regazo
de la luna la alegría
al gemir el alma mía
la tristeza que yo guardo.
Ciegos fluyen los minutos
en soledad recelosa
más angosta que espaciosa
sobre el albor de la vida,
flagelada a los designios
de nuestro Dios que enamora
sobre besos que emocionan
cada noche, cada día.
Al fulgor de amaneceres
abierta está la ventana
muy temprano, de mañana,
al juncal de la ribera,
donde cantan los jilgueros
en estanque de alegría
rezumando la armonía
de los ríos su agua fresca.
¡Alguien podrá en mi jardín
del rosal cortar la rosa
siendo la flor más hermosa
que relumbra con solera,
pero nadie aunque quisiera
podrá truncar la esperanza
del corazón que se abrasa
del amor en primavera!
Poema ganador IV Certamen Internacional de Poesía
Carmen Montero Medina, 2013
“Sentimiento que muere“
¡Si algún día estos paisajes
los cambiaran por arcenes
y los bancales de hierba
fueran lujosos parterres,
si algún día este arbolado
fuera pasto de intereses,
rascacielos de ladrillos
donde afloran los vergeles,
si algún día en primavera
no brillaran los laureles
a los brazos de la luna,
es que un sentimiento muere!
¡Si algún día al despertar
los huertos ya no florecen,
ni el cañaveral mimbrea
entre los copos de nieve;
si las ramas de los árboles
no brindan lozano albergue
a las pardas golondrinas,
es que un sentimiento muere!
¡Si mañana los frutales
de sus cosechas carecen,
las rocas de su belleza
que quien mira les concede;
si las nubes de algodón
no se irisan cuando llueve
sobre oleada de trigales
mientras la cigarra duerme!…
¡Si en su guiño el Sol no ríe
a los altivos cipreses
en pleno Julio dorado
de mil mosaicos celestes,
si la luna no se refleja
en los campos, aunque agrestes,
su tul de canela y miel,
es que un sentimiento muere!,
¡ y muere…
porque arranca en mí la piel
de la ilusión que enmudece
al no volar mis pupilas
sobre paisajes de verde,
al no respirar el aire
temprano de amaneceres
a tomillo y yerbabuena
donde mis sueños se mecen!
Moraleja: < Que el hombre no destruya por avaro, lo que Dios ha creado de regalo >
I Premio "III Juegos Florales"
Las Torres de Cotillas, 2010
“Vente a mi cortijo” Madrigal a la Reina
Vente conmigo, si quieres, Cuando Agosto se nos marcha
por los senderos tardíos bañado en algarabía
donde el Sol nace primero este verso de poesía
dando luz a los olivos, nos embriaga de dulzura,
por las colinas arbóreas, siendo una rosa en almíbar
por los escarpes baldíos en caluroso verano
donde duermen los recuerdos, cada amanecer temprano
donde callan los sentidos. irisada la hermosura.
Vente conmigo, si quieres, Por las calles de este pueblo
por los ficticios caminos vas demostrando elegancia
atravesando los yermos, como azahares su fragancia
antes mares amarillos, y las abejas en flor,
para pintar en tu mente para tener a torreños
cientos de aperos pajizos, en bellos ojos cautivos
quedos, solos en eriales por los muchos atractivos
donde aguarda mi cortijo. que presumes con fulgor.
Para soñar en el tiempo Orgullosa está Las Torres
vente, si quieres, conmigo de este reinado ideal
a los oscuros graneros que por corto es magistral
otrora llenos de trigo, pletórico de ilusión,
a los derruido aljibes al regazo placentero
de telarañas, vacíos,… de este pueblo soberano
en que retumban sonoros que a todos tiende la mano
de los lobos sus aullidos, y le ofrece el corazón.
porque se fueron las voces Suenan ya los clarinetes,
de los ecos infinitos, las trompetas y tambores
esos labriegos tempranos, en la fiesta de colores
sudorosos, denegridos,… donde brilla la grandeza
Vente conmigo, si quieres, de nuestra reina torreña
por los barbechos dormidos con semblante enamorado
a embriagarte de la noche bajo un cielo iluminado
entre albahacas y tomillo, de ribetes de belleza.
mientras la luna se asoma Quien os viera en vuestra infancia
de madrugada en su hastío repartiendo simpatía
a sorprender a lebreles cada noche, cada día,
en matorrales furtivos; os recuerda con amor,
vente conmigo, a la aurora, y en esta noche con garbo
a divisar mi cortijo, en vuestros ojos vidría
allí dejé mi inocencia, el manantial de alegría
allí recuerdos de niño, de una gran Corte de Honor.
allí quedaron los sueños
marchitos bajo los trillos;
allí vi caer la nieve
de aquellos inviernos fríos,
y las escarchas nocturnas
sobre ramas y carrizos
bajo la luz del quinqué
en el rincón del olvido,
al pie de la chimenea
de futuro ennegrecido.
(…)
¡Allí duermen los silencios
y tristezas al vacío,
y alegrías, y nostalgias,…
tantos recuerdos perdidos!…
¡tantas noches de hambre ciega,
sufrimiento por los hijos,
tanto dolor, tanta pena,
con un incierto destino!
¡Déjame ver las gaviotas
aletear por el río
serpenteando sus alas
con una brizna en el pico!
¡Déjame sentir de cerca
guiado por el instinto,
las alegrías primeras,
deja que lo lleve escrito!
¡Sobre estas míseras ruinas
deja que te cuente, amigo,
las guardaré para siempre,
tú jamás, si no lo escribo!
1º Premio "III Certamen Municipal Literario"
Las Torres de Cotillas, 1999
“Sueños de nácar”
Desperté bajo la sombra Bajo el húmedo refugio
espesa de una pinada de un acantilado calmo,
donde mismo enflaquecieron cuando el reloj murmura
fuerzas cuando paseaba sigiloso paso a paso,
entre pequeños guijarros, y lentamente la tarde
yerbabuena y albahaca, se esconde tras los remansos,
una tarde por abril escribo por escribir
cuando el invierno callaba. en el silencio alunado
Sobre un murmullo sonoro donde pardas golondrinas
oí cantar las cigarras abanican mi regazo
mientras oreaba el viento dejándome la alegría
la mañana enjalbegada, con su volar y su canto.
y como el junco del río Escribo por escribir
mi cuerpo balanceaba en la soledad del llanto,
en los perfumes del campo de un recuerdo malherido
los sueños de dulce nácar. que dormita en el pasado,
Florecieron limoneros de un cielo azul que enmudece
en las cunas de vaguadas tras un sueño de verano
al pasearse los ríos sin poder parar el tiempo
con sus transparentes aguas que usurpa besos de encanto.
por las fértiles veredas, Escribo por escribir
por las frondosas retamas en un pergamino blanco,
de pardillas golondrinas sobre el perfil de la duda
al amanecer el alba, después de pasar los años,
picoteando la alfombra las cosas a medio hacer
de azahares ribeteada que sin hacer se quedaron
bajo un cielo azul que mira porque el tren pasa un vez
un manto de nubes blancas. y si vuelve, vuelve tardo.
¡Cómo puede caminar Escribo por escribir
embriagado de fragancia, todo aquello cuanto guardo
ni levantarme siquiera de mi infancia pasajera
de esta esponja que me empapa! en este mundo temprano,
Rieron los ermitaños con un incierto destino,
solitarios en montañas, con ratos buenos y malos,
cuales molinos de viento y como dañar no quiero
en las colinas serranas, a mis amigos de antaño,
porque alondras y vencejos ni me lamento ni lloro
a su lado regresaban ni tampoco a veces hablo,
a alegrarlos con los trinos pues, en la noche dormida
y el meneo de sus alas; sólo pienso, escribo y callo.
más allá de la arboleda
vive el sarmiento y la salvia,
una cueva de placeres
que me corteja y atrapa,
una luz,… un manantial
con chorros que limpios hablan
formando dentro de mí
un mar de olas en cascada.
¡Cómo puedo caminar
bañado en ondas de plata
si me dehago en sus rizos
como la arena en el agua!
¡Cómo puedo caminar
si soy espuma en la nada,
soy el ébano del sueño
que despierto sueña y calla!
1º Premio V Concurso Literario Asoc. Mujeres
Alguazas, 1999
“Calmo silencio”
Tras la lóbrega penumbra
de una tarde eclipsada
dormitaban ruiseñores
entre abedules y acacias,
más allá donde gorriones
de altos vuelos y batallas
anidaban sigilosos,
quedos en verdosas ramas.
Viento calmo de parajes
que inunda el sueño,
y regalaa mi regazo placeres,
los que brillan en el alma;
caminan si yo camino,
si ríe el junco, descansan,
y en el río de la vega
bien se irisan bajo el agua,
la que riega las adelfas
con el rocío del alba
difuminando la angustia
cuando la vida resbala.
Cien cadencias silenciosas
se hacen voz con la palabra
al peinar los suaves versos
de un poema que no calla,
con racimos de sonoras
lisonjas que entona el arpa,
flotando bajo las nubes
plomizas y acaneladas,
siendo el aire de mi senda
y de mi sangre la savia,
la luz que al segundo olvida
brotes de tristeza amarga.
1º Premio II Certamen Municipal Literario
(Las Torres de Cotillas, 1998)
"Albores " (Alondra)
Revolotean alondras
a la sombra de encinares
bebiendo agua del arroyo,
picoteando jarales;
olisquean el sustento
en remansos y ramajes
al cruzar de lado a lado
grandes campos de arrozales,
huyendo del hombre fiero
con herida en su plumaje
fiel reflejo de impotencia
por el color de la sangre.
No te vayas emigrando
hacia los furtivos parques,
la luz teñirá de rojo
a laboriosos nidales.
Alondra de cola negra,
de ennegrecidos mensajes,
es tu vuelo melancólico,
calmo el trinar de la tarde,
roma tu triste mirada
en sorda noche del valle
donde el silencio alunado
duerme mis versos andantes.
Alondra, liba los néctares
de las flores del estanque
como las dulces abejas
se embriagan en sus enjambres;
y cuando en bandada vueles
en los meses otoñales
deja marcada la estela
de regreso a tus estambres,
sin perder en el olvidoen
la armonía que dejastea
en los tempranos albores
de yerbabuena y azahares.
Olvídate, si es que quieres,
de las roncas tempestades,
del crujiente serpenteo
del reptil bajo zarzales;
de las noches en que duermen
las oscuras soledades
en tu cuna humedecida
por los requiebros del hambre.
Si te vas, alondra, vuelve,…
vuelve a irisar los cendales
donde se mece el sublime
deseo que me acompañes,
y su fleco ananelado
te protegerá galante
de temblorosos quebrantos
en ambulantes parajes.
Alondra,… si te vas, vuelve,…
te espero en mis encinares.
1º Premio I Certamen Municipal Literario
(Las Torres de Cotillas, 1997)
"Muñeca de cabellos de plata"
Sólo cinco años tenía Tantos días se marcharon
en una fría mañana como noches eché en falta
donde la nieve caía el cariño de mis padres
sobre mi pequeña espalda. cuando me iba a la cama
El frío helaba los huesos jugando en mi habitación
y los labios de la cara sobre coloridas sábanas,
mientras mojaba la lluvia contándome sus historias
mi gorro de gorda lana. acariciando la espalda;
En mi mano una muñeca cuando pedía la leche
con los cabellos de plata. a las dos de madrugada
Alrededor un trasiego haciéndome compañía
de tanta gente en la plaza cantándome una nana.
envuelta en llantos y lágrimas Me dormía tiernamente
y despedidas amargas. abrazada a mi almohada.
Cuanto más bullicio había Hoy abrazo a mi muñeca
el tiempo más separaba, de los cabellos de plata.
mi madre alzaba su mano, ¡Oh, Providencia, ayúdame!
yo, en el tren de la esperanza, … y el Sol de la alborada
con mi muñeca de trapo me regaló una estrella
de los cabellos de plata. brillante e inmaculada
Si infinita era la vía con un corazón muy tierno,
más larga era su mirada. con una mano muy blanca,
¡Ay, mi madre cómo sufre! y el túnel de la tristeza
Aún recuerdo sus palabras. se ilumina de luz clara,
Ella sabe donde queda, y la sombra del recuerdo
desconoce quien me aguarda se difumina, se apaga,…
e ignora con impotencia porque tengo una Madre
dónde estará mi morada. como mi madre de guapa.
Y mi padre yo creía Ella sufría por nosotros
que con las armas jugaba ¿a cambio de qué?… De nada.
en las trincheras del campo, … De la sonrisa de un niño,
campo de niebla y escarcha. de que tenga vida sana,
Pero a lo largo del viaje, de curarle sus heridas,
a través de la ventana, de oír su voz cómo canta.
imágenes pude ver Son niños sin más juguetes
sobre sangre derramada, que miseria en sus entrañas.
hombres como mi padre ¡Ya no estoy sola, madre!,
yacían en las montañas tengo alguien que me aguarda
donde agrisaba la pólvora bajo sus faldas, y sacia
las flores de la albahaca. lamentos de mi garganta.
¡Dios, que mis ojos no vean Aprendí a leer libros
tanta desgracia! e infinitos cuentos de hadas
¡Que yo soy muy feliz donde niños solitarios
con mi muñeca… regresaban a sus casas…
de los cabellos de plata! esperándoles sus padres
Gracias que cerré los ojos en el tren de la esperanza
y me dormí. Descansaba con lágrimas de alegría
abrazada a mi muñeca, en una espera tan larga…
muñeca de la esperanza, Aprendí a leer libros
en una butaca vieja donde una niña a su cama
húmeda por la añoranza volvía con su muñeca
de tantos niños llorando de los cabellos de plata,
sin padre, madre, ni casa. dándole gracias a Dios
¡Dios, cómo me tiembla el cuerpo y a esta Madre tan Santa.
El llanto se lleva el hambre.
La soledad me acompaña.
Y yo junto a mi muñeca
de los cabellos de plata.




